Viagra se utiliza para tratar la disfunción eréctil (DE), una afección también conocida como impotencia sexual, frecuente entre los hombres. El componente activo de Viagra, el sildenafilo, pertenece a un grupo de medicamentos específicamente diseñados para tratar este problema.
El Viagra actúa manipulando enzimas para facilitar el mantenimiento de la erección tras la estimulación del pene. Se dirige especialmente al flujo sanguíneo del pene. En términos más sencillos, la Viagra ayuda relajando los vasos sanguíneos de los pulmones, permitiendo así que la sangre fluya sin esfuerzo. Este flujo sanguíneo amplificado puede provocar una erección.
Como ocurre con la mayoría de los medicamentos, el uso de Viagra también conlleva posibles efectos secundarios y advertencias.
Estos pueden incluir dolores de cabeza, náuseas, mareos, pérdida de visión, congestión nasal, dolor muscular y dolor de espalda.
Sin embargo, éstas no son las únicas preocupaciones, ya que también se han notificado efectos secundarios más graves, aunque menos frecuentes.
Uno de los efectos secundarios graves asociados al Viagra es el priapismo, una afección en la que la erección dura más de 4 horas. Esto puede provocar daños permanentes si no se trata inmediatamente. Si se produce una erección dolorosa o prolongada, de 4 o más horas de duración, es crucial dejar de tomar el medicamento y buscar ayuda médica de inmediato para evitar problemas permanentes.
Aunque la Viagra puede ser beneficiosa para muchos hombres, conlleva riesgos cardíacos potenciales, especialmente para las personas con enfermedades cardiovasculares preexistentes. Esto se debe al posible riesgo cardiaco de la actividad sexual en tales pacientes. Por lo tanto, Viagra y los tratamientos similares para la disfunción eréctil deben administrarse con precaución a los hombres para los que la actividad sexual podría ser desaconsejable debido a su estado cardiovascular subyacente.
Aparte de la erección prolongada, se han identificado otras reacciones adversas tras la aprobación de Viagra. Entre ellas se incluyen acontecimientos cardiovasculares y cerebrovasculares, pérdida repentina de audición y disminución de la visión. También se han dado casos de hombres que han sufrido infartos de miocardio, derrames cerebrales, latidos irregulares del corazón y, en casos extremos, incluso la muerte después de tomar Viagra.
El priapismo, una afección en la que la erección no sólo es prolongada sino también dolorosa, es uno de los efectos secundarios más graves del Viagra. Esta afección puede afectar a varones de cualquier edad y, si no se trata, puede causar daños duraderos.
El potencial de interacciones con otros medicamentos es otro factor a tener en cuenta. El sildenafilo puede interactuar con otros medicamentos, influyendo en sus efectos o intensificando los efectos secundarios. Por lo tanto, es fundamental que hables abiertamente con tu médico sobre todos los medicamentos que estés tomando.
Es fundamental que informe a su médico sobre cualquier problema cardíaco que tenga ahora o que haya tenido en el pasado antes de iniciar un tratamiento con Viagra. Dado que Viagra puede interactuar con el sistema cardiovascular, disponer de un historial médico claro ayuda a decidir si Viagra es una opción segura y eficaz para usted.
Si experimenta algún efecto secundario como una erección prolongada, cambios en la visión o mareos mientras toma Viagra, es fundamental que se ponga en contacto con su médico inmediatamente. La rapidez de respuesta en tales situaciones puede significar a menudo la diferencia entre un malestar temporal y un daño a largo plazo.