Existen varios factores psicológicos que pueden influir en la libido de una mujer. Los problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, suelen ser factores importantes. Estas afecciones pueden alterar el equilibrio emocional necesario para un deseo sexual sano. Además, las tensiones cotidianas, ya estén relacionadas con las finanzas, el trabajo u otras circunstancias de la vida, pueden afectar a la libido, ya que ocupan la mente y restan la energía necesaria para la actividad sexual.
Otra causa psicológica es la mala imagen corporal.
Si una mujer no se siente segura o cómoda con su cuerpo, puede disminuir su interés por la actividad sexual. Del mismo modo, la baja autoestima puede desempeñar un papel importante en la disminución del deseo sexual. Las experiencias negativas, como los antecedentes de abusos físicos o sexuales, también pueden provocar una disminución de la libido.
Muchos problemas médicos pueden provocar una disminución de la libido. Van desde enfermedades físicas y dolencias crónicas hasta los efectos secundarios de ciertos medicamentos. En particular, algunos medicamentos utilizados para tratar la depresión pueden provocar una disminución de la libido.
Las enfermedades crónicas, como el cáncer, la insuficiencia renal crónica, el dolor crónico, la diabetes, las cardiopatías y la hiperprolactinemia, pueden afectar negativamente a la libido. Además, la vaginosis bacteriana recurrente, las infecciones por hongos, la endometriosis y los problemas del suelo pélvico pueden disminuir el deseo sexual.
Los anticonceptivos son otro factor que puede contribuir a la disminución de la libido. Algunas mujeres pueden experimentar una disminución de su deseo sexual mientras toman anticonceptivos o antidepresivos debido a los cambios hormonales que estos medicamentos pueden causar.
El envejecimiento es un proceso natural y no es raro que los deseos sexuales de una mujer fluctúen con el paso de los años. Los cambios hormonales que se producen con la edad, como durante la menopausia, pueden provocar una disminución de la libido. Además, los cambios físicos propios de la edad, como la sequedad genital, el ardor y la irritación, pueden hacer que las relaciones sexuales resulten incómodas y, en consecuencia, disminuir el deseo sexual.
La conexión emocional suele ser un preludio esencial de la intimidad sexual. Cuestiones como los problemas en la relación o la enfermedad de la pareja pueden provocar una desconexión emocional, lo que puede conducir a una disminución del deseo sexual. La falta de un vínculo emocional a menudo puede reducir el deseo de actividad sexual.
Las molestias físicas durante las relaciones sexuales pueden afectar significativamente a la libido de la mujer. Las condiciones que causan dolor durante el sexo, como la sequedad vaginal, pueden hacer que la actividad sexual sea menos deseable, lo que lleva a una disminución del deseo sexual. Es importante tratar estos problemas para mejorar la calidad de la vida sexual.
Para tratar la libido baja suele ser necesaria la ayuda de un profesional. Un profesional sanitario puede diagnosticar y tratar cualquier afección médica subyacente que pueda estar afectando a la libido. Del mismo modo, los profesionales de la salud mental pueden proporcionar apoyo y terapia para problemas como la depresión, la ansiedad o traumas pasados que puedan estar afectando al deseo sexual.
Para desarrollar un plan de tratamiento adecuado es necesario comprender las causas profundas de la libido baja. Ya sea cambiando el estilo de vida, modificando los regímenes de medicación o acudiendo a terapia, tomar las medidas adecuadas puede mejorar significativamente la situación. Recuerde que es fundamental mantener una comunicación abierta con su pareja y con el personal sanitario a la hora de abordar estos problemas.